LECTURA PARA REFLEXIONAR

Los loros educados

de Prem Rawat

Había una vez un hombre que se propuso educar a unos loros. Quería demostrar que los loros son capaces de aprender cualquier cosa.


Para demostrar su teoría, el hombre consiguió tres huevos de loro. Los colocó en una incubadora y al poco tiempo nacieron tres pequeños loros.

El hombre se dedicó pacientemente a educar a los loros. Con el paso del tiempo, logró que los loros aprendieran conocimientos de toda índole. Les enseñó el alfabeto, la aritmética, no tardó en enseñarles las leyes de Newton, fórmulas y ecuaciones.
Sus familiares acudieron a repartirse los bienes. Cuando se toparon con la jaula de los loros, nadie quiso hacerse cargo de ellos. Alguien propuso dejar a los loros en libertad, y todos estuvieron de acuerdo. Abrieron la jaula, tomaron a los loros y los pusieron en las ramas de un gran árbol que daba sombra a la casa.

Ahí se quedaron los loros. Pasaron algunas horas. Los loros no se movían de las ramas del árbol. Cuando cayó la tarde, vieron que un loro extraño volaba por los aires en torno al árbol, y luego, aterrizó en una de las ramas.

Los loros educados jamás habían conocido a otro loro, pero como a los loros les gusta charlar, muy pronto empezaron a charlar con el loro visitante.

El loro visitante quedó muy impresionado con los loros educados. Esos loros dominaban muchos conceptos. Mientras los loros educados hablaban y hablaban, el loro desconocido miró con el rabillo del ojo a un gato que trepaba por el tronco del árbol. Interrumpió el parloteo de los loros educados y les preguntó:

-Ustedes… ¿saben volar?

-¿Volar? -respondió uno de los loros educados- ¿Volar para qué? Sabemos muchas teorías sobre cómo volar …pero, ¿volar? ¿Para qué tendríamos que volar?

El loro desconocido no perdía de vista al gato. El gato avanzaba sigilosamente hacia ellos.

Entonces el loro desconocido les dijo a los loros educados:

-¡Buena suerte! Y emprendió el vuelo.

http://es.wikipedia.org/wiki/Prem_Pal

Texto tomado del Blog del Maestro Humberto Cueva