lunes, 18 de agosto de 2014

JULIO VERNE




Julio Verne

Nació el 8 de enero de 1828 en la región de Nantes, Francia. Escritor especialista del género literario de la aventura y la ciencia ficción. Sus inicios como escritor no son muy afortunados. Escribe algunas piezas de teatro y comedias que apenas logra divulgar. Cinco semanas en globo lo lanza al éxito.

Apasionado por los viajes y la ciencia, elementos fundamentales en sus obras, se puede clasificar entre los escritores del siglo XIX y es el mejor exponente del entusiasmo por la revolución tecnológica e industrial de ese siglo.

Aprovecha los conocimientos geográficos de sus viajes por Europa, África y América del Norte para dar a sus aventuras un estilo casi fantástico y exótico pero con verosimilitud de la realidad.

Obras cómo Viaje al centro de la Tierra y Vuelta al mundo en ochenta días, revelan su talento al mezclar la aventura con fundamentos científicos osados como la teoría de la relatividad del tiempo y la documentación sobre material y equipo científico.

Escribe novelas y documentos entre los que destacan Viajes Extraordinarios, Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino, De la Tierra a la Luna, Las tribulaciones de un chino en China, Miguel Strogoff, La isla Misteriosa, Un capitán de quince años, El soberbio Orinoco y El Amo del Mundo. 

Se conocen dos obras póstumas publicadas en París en 1989: El viaje hacia atrás en Inglaterra y Escocia, y un libro de poemas.

Verne escribió el libro Cinco semanas en globo que fue un verdadero éxito. Firmó un contrato con Helzel, de escribir dos libros por año durante los siguientes veinte años y prorrogado para todas sus futuras obras. Verne cumplió el contrato durante cuarenta años.
Pasado algún tiempo Helzel, que era un viejo experimentado, hacía anotaciones durante sus viajes, que serían de base para los libros de Verne. Eran admiradores por los medios de transporte revolucionarios de la época, el tren.
Leer a Verne era ir a un viaje de aventuras, para muchos como única oportunidad. Él describía los escenarios transportando al lector hasta el centro de la tierra. Descripciones tan perfectas, que el libro Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino, sirvió de inspiración para el oceanógrafo Jacques Costeau, que consideró a Verne una gran ayuda para explorar los mares.
Verne no dejó de escribir. Según su propia declaración, quería escribir cien obras. Su libro Señor del mundo que describe un vehículo parecido a un automóvil que hace las veces de un submarino.

En 1905 publica un libro sobre la unión por un canal del desierto del Sahara con el mar mediterráneo para transformar el desierto en un lago.
En el libro Robur, el Conquistador (1886), lanzó la nave Albatroz que se mantenía navegando por setenta y cuatro patas giratorias que eran movidas por motores eléctricos. Julio Verne ya preveía el camino de la aviación.
El libro Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino (1870), superó todo lo que se podía esperar de extraordinarios de Julio Verne. Él describía un submarino de setenta metros de largo, ocho de diámetro con capacidad de ocho toneladas, en él la tripulación respiraba aire comprimido que era almacenado en cilindros metálicos. Poseía una cámara por la cual los tripulantes entraban y salían del submarino aunque estuviera sumergido. Poseía ventanas por las cuales la tripulación fotografiaba la vida submarina.
Verne fue asediado a tal punto que decide mudarse a una mansión a Amiens (al norte de París) buscando tranquilidad para poder escribir, lo cual también hacía a bordo de su barco Saint Michelle. Tenía la costumbre de escribir dos y tres libros al mismo tiempo y rara vez cambiaba la versión original, lo que prueba que era un relator fluido.
Cuando estaba escribiendo La Vuelta al Mundo en Ochenta Días ocurrió una fiebre de popularidad por comprarlos, tanto que las compañías de navegación ofrecían fortunas para que entre los personajes de los libros figuraran algunos de sus barcos.
El ritmo de trabajo que ha mantenido durante tantos años, produce a Verne dolencias gástricas y desmayos a demás de parálisis facial y diabetes, lo que lo acabará matando. Esta enfermedad le va quitando la vista y el oído pero no pierde su sentido del humor: “Cada vez veo peor, querida hermana. He perdido también un oído; gracias a esto solo corro el peligro de oír la mitad de las tonteras y mezquindades que corren por el mundo. Es una gran consolación”.
Hacia 1880 la literatura de Verne sufre un cambio sustancial, cuando el optimismo de sus primeras novelas, entusiasmadas por el avance de la ciencia, se ve sustituido por el pesimismo científico. Ahora los avances ya no conducen al avance de la humanidad, si no a su dominación. Algunas de sus novelas de ésta época son: Los quinientos millones de la Begum (1879), La isla de Helice (1895),
Frente a la Bandera (1896), La Extraña aventura de la misión Barsac (1919), póstuma.
Muere en Amiens el 24 de marzo de 1905, todavía trabajando en una novela póstuma: La invasión del mar en que las aguas invadirían Europa, arrasándolo todo a su paso. Otra novela póstuma fue El Eterno Adán que se trata de un cataclismo mundial que inunda todo el planeta haciendo un período regresivo, retrocediendo hacia el salvajismo.

Tomado del Rincón del vago.


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