MITO: EL MINOTAURO

Teseo y el Minotauro Entre los mitos griegos, es muy conocido el del Minotauro, que representa la idea de la victoria del ser humano frente al monstruo, del orden frente al caos, de la inteligencia humana frente al engaño. Higino lo cuenta así en las Fábulas sobre el Minotauro: «El Minotauro tenía cabeza de toro y cuerpo humano. Se construyó para él un laberinto del que no había modo de encontrar la salida. Minos, hijo de Zeus y de Europa, perdió a su hijo Androgeo durante la guerra que lo enfrentó con los atenienses. Tras vencerlos, los obligó a que cada año enviasen a siete de sus hijos para alimentar al Minotauro. Teseo, hijo de Egeo, rey de Atenas, se ofreció voluntario... Al despedirlo su padre le dijo que si volvía habiendo vencido al monstruo pusiera velas blancas en el barco, porque quienes se enviaban al Minotauro navegaban con velas negras. Al llegar Teseo a Creta, se enamoró completamente de él la hija de Minos, Ariadna, y lo salvó enseñándole el modo de salir del laberinto. Después de haber entrado en el laberinto y haber matado al Minotauro, Teseo consiguió volver a las puertas enrollando un hilo que había ido soltando siguiendo los consejos de Ariadna. Teseo, de vuelta, se olvidó de cambiar las velas negras y, así, su padre Egeo, creyendo que había sido devorado por el Minotauro, se arrojó al mar que por esta razón se llama mar Egeo.» Los mitos griegos han perdurado incluso hasta nuestros días. En la actualidad no se les da un valor religioso, sino que se han convertido en referencias que sirven para explicar ideas de forma poética o artística. En los museos se exponen muchas representaciones diferentes de los mitos griegos, que pueden expresar distintos sentimientos. Por ejemplo, para el pintor Pablo Picasso, el Minotauro podía ser una imagen de sí mismo. Para él, el mito del Minotauro representa el laberinto en el que un artista se puede encontrar encerrado muchas veces por no saber cómo expresar la fuerza creativa que lleva dentro.