--¡No olviden la tarea! ¡Su tarea bien
hecha, sin errores!”
Las tareas para hacer en casa suelen generar discusiones.
Veamos algunas situaciones de la vida cotidiana : Una madre,
muy molesta, reclamaba que el maestro de Español le encargó de tarea a su hija
de Primero de secundaria, que hiciera fichas de trabajo
de cita textual, de resumen y de paráfrasis: “---¿Por qué
confundirla con tantas fichas?.” Otra más, preguntaba
por qué la maestra de Español encargaba a sus alumnos que
consultaran diferentes libros sin enseñarles antes los temas: "--Acaso la
maestra no está para enseñar".
Hay ejemplos “para todos los gustos”, por ejemplo,
hay padres que se quejan de tener que ayudar a sus hijos en sus tareas al
volver a casa, después de un largo y pesado día de trabajo. No podemos ignorar
las imposiciones de la sociedad industrial: No sólo el padre sale de casa
a trabajar, ahora también sale la madre a jornadas laborales de ocho
horas.
Hay que mencionar que existen “estilos” docentes:
Algunos maestros poco esclarecidos se molestan porque sus alumnos no cumplen
con el "obligación" de hacer tareas sin errores.
Dichos maestros exigen, comúnmente, tareas "bien
hechas", sin errores. Al hacerlo, estos maestros tratan de
imponer la perfección como meta, lo cual suele desalentar al alumno
ante el primer tropezón queriendo abandonarlo todo.
No es un secreto que algunos maestros encargan de tarea
copiar páginas del libro de texto; otros, en una fantasía pedagógica, ordenan
listas de palabras agudas, graves, esdrújulas, para que los alumnos “aprendan
ortografía”.
Aquí les va una anécdota personal de observador bloqueado: Conocí
a una maestra en una visita de observación de clase. Mi visita resultó un
fracaso. La maestra bloqueó de entrada mis ingenuas intenciones : “---Hoy me toca
revisar tareas”-, lo cual significaba que no le “tocaba” dar
clase nueva. La maestra formó a los alumnos, cada uno libreta en mano, con la
tarea, “haciendo cola” en torno del escritorio. Luego se
dedicó a revisar detenida y pausadamente a alumno por alumno. La “cola” avanzaba
lentamente, hasta que el timbre vibró sonoro para el cambio de clase. La
maestra, en el último momento, se dio sus habilidades para encargar la
tarea de la siguiente clase. Por mi parte, le recomendé a la maestra que, en
las subsiguientes clases, aplicara estrategias de coevaluación para
revisar tareas a fin de que la revisión no le consumiera todo el tiempo de la
clase. La maestra me escuchó atentamente con una sonrisa que no pude descifrar.
Volví semanas después a la misma escuela y visité a la misma maestra.
Encontré el mismo escenario ya observado en la clase anterior. Me vi
obligado a solicitarle que suspendiera su revisión de tareas y diera una
clase nueva.
También conozco a muchos maestros que tienen muy claro que las
tareas deben tener sentido para los alumnos, y, para ello, sus tareas
suelen consistir en actividades incentivadoras del aprendizaje, por ejemplo:
·
Formular de
preguntas en función de búsqueda, lectura o interpretación de
temas.
·
Registrar información
en esquemas diversos (cuadros sinópticos, mapas, tablas, gráficas o
diagramas)
·
Presentar versiones preliminares de
productos parciales de lenguaje.
|
El asunto de las tareas se ve de distinta manera en otros países. En
Francia, por ejemplo, se está dando un debate de posiciones encontradas.
En el país galo, darle a los alumnos de primaria tareas escritas en casa está
prohibido por la ley desde el año 1956. A pesar de ello y aunque los profesores
intentan dar menos tareas desde hace unos diez años, la gran mayoría de los
niños franceses tienen que estudiar luego de un largo día de escuela, que se
extiende desde las 8:30 hasta las 16:30 horas.
La asociación francesa de padres de alumnos más importante (Federación
de los Consejos de Padres de Alumnos (FCPE)) convocó a una “quincena
sin tareas”, apelando a profesores, directores y padres, a boicotear las
tareas en casa.”Denunciamos las tareas en casa, ya que nunca nadie ha
demostrado su eficacia. Además, acentúan la desigualdad entre los niños que
pueden o no recibir ayuda en casa”, indica parte de la presentación de la
iniciativa. *
La palabra “tarea”, de acuerdo con el Diccionario de la
Real Academia Española (DRAE), tiene varias acepciones:
“1. f. Obra o trabajo.
2. f. Trabajo que debe hacerse en tiempo limitado.
3. f. Afán, penalidad o cuidado causado por un trabajo continuo”.
Las tareas puden realizarse en el aula, dentro de la jornada, o bien
fuera del aula y de la jornada escolar.
Parece sencillo, pero no es fácil ponerse de acuerdo sobre si las
tareas deben ser un trabajo para resolver en el aula o fuera de ella.
Desde la perspectiva de los proyectos didácticos de Español, las tareas son
actividades que preferentemente deben realizarse en el tiempo de la
sesión-clase. Las actividades de los proyectos, columna vertebral de los
mismos, son tareas, y las tareas son actividades.
¿Conviene hacer las tareas en la clase de Español?
En la asignatura de Español, las tareas consisten en productos
parciales del lenguaje que los alumnos producen como consecuencia de
actividades propias de todo proyecto didáctico. Por lo tanto, es
importante revisar tareas para valorar los avances que logran los
alumnos en sus proyectos didácticos, pero la revisión no tiene que estar
centralizada en el maestro.
Al instruir que se hagan tareas y revisarlas, buscamos ante
todo mejorar el proceso de lo que está siendo objeto de evaluación. En tanto
que las tareas de Español consisten en versiones preliminares de un producto
final de lenguaje, no podemos esperar que estén “bien hechas”, sin
errores. Se trata entonces de detectar los tipos de errores más relevantes,
para enmendarlos a lo largo del proceso. Evaluar el proceso permite hacer
modificaciones a tiempo en lugar de esperar hasta el final del proyecto cuando
ya es poco lo que se puede corregir.
En nuestros libros de texto, incluimos la Sección "Producto
parcial" y "Producto
final" ( empleando como
icono un semáforo en rojo) con preguntas específicas sobre el cumplimiento
adecuado de las tareas consistentes en los productos mencionados.
Mediante escalas estimativas, listas de cotejo o rúbricas, los propios
alumnos pueden aplicar la autoevaluación
y la coevaluación dentro del aula, en el tiempo de la
jornada de la clase. (La autoevaluación se produce cuando el propio alumno
evalúa su trabajo. La coevaluación consta de una evaluación en conjunto: tú me
evalúas, yo te evalúo)
El mayor desafío de todo maestro es lograr la motivación y participación
activa del grupo de alumnos. Una buena manera de resolver el desafío es
fomentando el trabajo colaborativo, en el cual todos los miembros del proyecto
participan y se ayudan para la realización de los productos parciales y finales
de lenguaje. La auto y coevaluación son buenas estrategias cuando de revisar
tareas se trata, además, porque representan un ahorro considerable del tiempo
de la sesión-clase.
Un voto de confianza a los alumnos: la autoevaluación y la
coevaluación.
Que el alumno haga sus tareas de forma autónoma es, fundamentalmente,
reconocerlo como persona inteligente, independiente, capaz y responsable. Que
lo haga en equipo, lo enriquece aún más. Que se autoevalúe y, en reunión
de equipo, coevalúe sus tareas, representa un avance notable.
Para leer completa la información, haz clic en:
http://humbertocueva.wordpress.com/2013/09/24/no-olviden-la-tarea/
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