miércoles, 25 de septiembre de 2013

¡NO OLVIDEN LA TAREA!...

--¡No olviden la tarea! ¡Su tarea bien hecha, sin errores!”
Las tareas para hacer en casa suelen generar  discusiones.
Veamos  algunas  situaciones de la vida cotidiana : Una madre, muy molesta, reclamaba que el maestro de Español le encargó de tarea a su hija de Primero  de secundaria,  que hiciera fichas  de trabajo  de cita textual, de resumen y de paráfrasis: “---¿Por qué confundirla con tantas fichas?.” Otra más, preguntaba  por qué la maestra de Español  encargaba a sus alumnos que consultaran diferentes libros sin enseñarles antes los temas: "--Acaso la maestra no está para enseñar".
Hay  ejemplos “para todos los gustos”, por ejemplo, hay  padres que se quejan de tener que ayudar a sus hijos en sus tareas al volver a casa, después de un largo y pesado día de trabajo. No podemos ignorar las imposiciones de la sociedad industrial: No sólo el padre sale de casa  a trabajar, ahora también sale la madre a jornadas laborales de ocho horas.
Hay que mencionar que existen “estilos” docentes: Algunos maestros poco esclarecidos se molestan porque sus alumnos no cumplen con el "obligación" de hacer  tareas sin errores. Dichos  maestros exigen, comúnmente, tareas "bien hechas"sin errores. Al hacerlo, estos maestros tratan de imponer la perfección como meta, lo cual  suele desalentar al alumno  ante el primer tropezón queriendo abandonarlo todo.
No es un secreto que algunos  maestros  encargan de tarea copiar páginas del libro de texto; otros, en una fantasía pedagógica, ordenan listas de palabras agudas, graves, esdrújulas, para que los alumnos “aprendan ortografía”.
Aquí les va una anécdota personal de  observador bloqueado: Conocí a una maestra en una visita de observación de clase. Mi  visita resultó un fracaso. La maestra bloqueó de entrada  mis ingenuas intenciones : “---Hoy me toca revisar tareas”-, lo cual significaba que no le “tocaba” dar clase nueva. La maestra formó a los alumnos, cada uno libreta en mano, con la tarea,  “haciendo cola” en torno del escritorio. Luego se dedicó a revisar detenida y pausadamente  a alumno  por alumno. La “cola” avanzaba lentamente, hasta que el timbre vibró sonoro para el cambio de clase. La maestra, en el último momento, se dio sus habilidades para encargar  la tarea de la siguiente clase. Por mi parte, le recomendé a la maestra que, en las subsiguientes clases, aplicara   estrategias de coevaluación para revisar tareas a fin de que la revisión no le consumiera todo el tiempo de la clase. La maestra me escuchó atentamente con una sonrisa que no pude descifrar. Volví semanas después a la misma escuela y visité a la misma maestra. Encontré  el mismo escenario ya observado en la clase anterior. Me vi obligado a solicitarle  que suspendiera su revisión de tareas y diera una clase nueva.
También conozco a muchos maestros que tienen muy claro que las tareas deben tener  sentido para los alumnos, y, para ello, sus tareas suelen consistir en actividades incentivadoras del aprendizaje, por ejemplo:
·         Formular  de  preguntas  en función de  búsqueda, lectura o interpretación de temas.
·         Registrar  información  en esquemas diversos (cuadros sinópticos, mapas, tablas, gráficas o diagramas)
·         Presentar versiones preliminares de productos parciales de lenguaje.
El asunto de las tareas se ve de distinta manera en otros países. En Francia, por ejemplo,  se está dando un debate de posiciones encontradas. En el país galo, darle a los alumnos de primaria tareas escritas en casa está prohibido por la ley desde el año 1956. A pesar de ello y aunque los profesores intentan dar menos tareas desde hace unos diez años, la gran mayoría de los niños franceses tienen que estudiar luego de un largo día de escuela, que se extiende desde las 8:30 hasta las 16:30 horas.
La asociación francesa de padres de alumnos más importante (Federación de los Consejos de Padres de Alumnos (FCPE)) convocó a una “quincena sin tareas”, apelando a profesores, directores y padres, a boicotear las tareas en casa.”Denunciamos las tareas en casa, ya que nunca nadie ha demostrado su eficacia. Además, acentúan la desigualdad entre los niños que pueden o no recibir ayuda en casa”, indica parte de la presentación de la iniciativa. *
La palabra “tarea, de acuerdo con el Diccionario de la Real Academia Española  (DRAE), tiene varias acepciones:
“1. f. Obra o trabajo.
2. f. Trabajo que debe hacerse en tiempo limitado.
3. f. Afán, penalidad o cuidado causado por un trabajo continuo”.
Las tareas puden realizarse en el aula, dentro de la jornada, o bien fuera del aula y de  la jornada escolar.
Parece sencillo, pero  no es fácil ponerse de acuerdo sobre si las tareas deben ser un trabajo para resolver  en el aula o fuera de ella. Desde la perspectiva de los proyectos didácticos de Español, las tareas son actividades que preferentemente deben realizarse en el tiempo de la sesión-clase. Las actividades de los proyectos, columna vertebral de los mismos, son tareas, y las tareas son actividades.
¿Conviene hacer las tareas en la clase de Español?
En la asignatura de Español, las tareas consisten en  productos parciales del lenguaje que los alumnos producen como consecuencia de actividades propias de todo proyecto didáctico. Por lo tanto,  es importante revisar tareas  para valorar  los avances que logran los alumnos en sus proyectos didácticos, pero la revisión no tiene que estar centralizada en el maestro.
Al instruir que se hagan tareas  y revisarlas, buscamos  ante todo mejorar el proceso de lo que está siendo objeto de evaluación. En tanto que las tareas de Español consisten en versiones preliminares de un producto final de lenguaje, no podemos esperar que estén “bien hechas”, sin errores. Se trata entonces de detectar los tipos de errores más relevantes, para enmendarlos a lo largo del proceso. Evaluar el proceso permite hacer modificaciones a tiempo en lugar de esperar hasta el final del proyecto cuando ya es poco lo que se puede corregir.
En nuestros libros de texto, incluimos  la Sección "Producto parcial" y "Producto final" ( empleando como icono un semáforo en rojo) con preguntas específicas sobre el cumplimiento adecuado de las tareas consistentes en los productos mencionados.
Mediante escalas estimativas, listas de cotejo o rúbricas, los propios alumnos  pueden aplicar la   autoevaluación  y  la coevaluación dentro del aula, en el tiempo de la jornada de la clase. (La autoevaluación se produce cuando el propio alumno evalúa su trabajo. La coevaluación consta de una evaluación en conjunto: tú me evalúas, yo te evalúo)
El mayor desafío de todo maestro es lograr la motivación y participación activa del grupo de alumnos. Una buena manera de resolver el desafío es fomentando el trabajo colaborativo, en el cual todos los miembros del proyecto participan y se ayudan para la realización de los productos parciales y finales de lenguaje. La auto y coevaluación son buenas estrategias cuando de revisar tareas se trata, además, porque representan un ahorro considerable del tiempo de la sesión-clase.
Un voto de confianza a los alumnos:  la autoevaluación y la coevaluación.
Que el alumno haga sus tareas de forma autónoma es, fundamentalmente, reconocerlo como persona inteligente, independiente, capaz y responsable. Que lo haga en equipo, lo enriquece aún más. Que se autoevalúe  y, en reunión de equipo, coevalúe sus tareas, representa un avance notable.

Para leer completa la información, haz clic en:

http://humbertocueva.wordpress.com/2013/09/24/no-olviden-la-tarea/





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