EL
DILEMA DEL BIEN Y EL MAL
Sergio Magaña
Primera presentación: 18 de Febrero de
1983
Directora
teatral: Profra. Francisca Martínez Portela
LA
ESCENA APARECE SOLA, DE PRONTO SE OYE AL ESTUDIANTE GRITAR DESESPERADAMENTE,
FUERA:
ESTUDIANTE:
A quien quiera que venga, dígale que no estoy… no quiero ver a nadie.
ACOTACIÓN:
El estudiante (y si es que se puede, para hacer algo nuevo, entrará girando
como si bailara un ballet clásico).
Caso
de que no se cuente con el elenco de que tenga aptitudes para la danza o el
ballet, se puede “montar” esta obra, también en el estilo tradicional y
conocido.
El
joven llega a la mesa de regular tamaño, se deja caer en la silla pesadamente,
piensa y recuerda que tiene un frasquito con veneno, en un botiquín pegado en
la pared, a su espalda; va, (girando) abre las dos pequeñas puertas y aparenta
tomar el frasquito; regresa a la mesa (girando en ballet si el actor tiene idea
en hacerlo). Abre el frasquito, huele el veneno, vuelve a poner el frasquito en
la mesa con repugnancia y abre la gaveta y saca una hoja de papel. Toma una
pluma y se dispone a escribir, lo hace y dice:
ESTUDIANTE:
No se culpe a nadie de mi muerte… (se detiene bruscamente, arruga la hoja y la
arroja con desesperación al piso y esto sirve de pie de entrada a la actricita
que personifica al…)
ANGEL:
¡Mal, muy mal!
ESTUDIANTE:
Ya lo sé… (contesta sin ver al ángel).
ANGEL:
No me refiero a lo escrito.
ESTUDIANTE:
(Para sí mismo) ¿Entonces?
ANGEL:
Por lo que piensas hacer.
ESTUDIANTE:
(Viendo ahora al ángel) ¿Cómo entró usted aquí?
ANGEL:
Entré, contigo…
ESTUDIANTE:
Hágame favor de salir.
ANGEL:
No puedo, soy tu Ángel de la Guarda.
ESTUDIANTE:
¿Ángel? (asombro)
ANGEL:
Sí, tu ángel… ¿Quieres verme como un ángel prosaico con alas y transparente?
Como ésos que pintan flotando en una nube.
ESTUDIANTE:
Sea como sea, yo no creo en usted y no sé cómo tratarlo o tratarla… ¿Los
ángeles son masculinos o femeninos?
ANGEL:
Ninguna de las dos cosas… Los ángeles no tenemos sexo, somos abstractos,
surrealistas. Bueno, de niño me rezaban… Rezan eso de Ángel de la Guarda, dulce
compañía, no me desampares ni de noche ni de día… ¿Te acuerdas?
ESTUDIANTE:
Bueno, ya váyase, quiero estar solo, soy un asesino. He matado a mi novia.
Discutimos por un beso, en fin… tú lo viste todo.
ANGEL:
Yo no vi nada.
ESTUDIANTE:
¿Qué no? ¿Pues qué no dices que eres el ángel de mi guardia?
ANGEL:
Sí, pero no querrás que te acompañe en las escenas eróticas que representas con
tu novia, ira las consecuencias, por querer vivir el amor-pasión y no el
amor-sentimiento. De un tiempo a esta parte ya no has ido a la iglesia y sólo
has querido andar… con el…
ESTUDIANTE:
(Interrumpiéndolo) ¿Con él? Y… ¿quién es él? (El diablo aparece ágilmente de un
salto).
DIABLO:
¡Yo!
ESTUDIANTE:
¿Y quién es usted?
DIABLO:
Soy tu diablo particular, todos los seres humanos tienen un diablo particular.
Anda, tómate eso.
ANGEL:
(De un brinco con giro) ¡No! ¡Él no va a tomar nada!
ESTUDIANTE:
Lo ves, demonio. Pero te juro que yo no la maté.
DIABLO:
Hay muchos modos de dar muerte.
ESTUDIANTE:
Pero yo no lo hice… El puñal estaba sobre la mesa.
DIABLO:
¡Sigue! ¡Sigue!... (Entusiasmado)
ESTUDIANTE:
Yo tomé el puñal, lo levanté sobre mí para suicidarme y ella intervino…
forcejeamos, después ella dio un grito y cayó sobre el piso, con el pecho tinto
en sangre y su cuerpo golpeó pesadamente. (Cae de rodillas con fuerza)… Ella
estaba muerta y yo no la maté.
ANGEL:
(Sumamente triste) ¡Entonces es cierto que la has matado!
DIABLO:
Ya ves, por torpe te van a condenar en la cárcel por toda una vida. Vente
conmigo, yo te ofrezco una dicha profunda y alegre por toda una eternidad, pues
con esa tonta te ibas a aburrir mucho. Anda, tómate esto.
(El
Angel da un brinco. No deja llegar al joven a agarrar el pomo del veneno).
ESTUDIANTE:
Déjame tomar ese veneno, aunque no fue intencional, será un delito
imprudencial.
DIABLO:
¿Y por un delito así te condenarán en éste y en el otro mundo?
ANGEL:
¿Por qué lo hiciste?
ESTUDIANTE:
¡No lo sé, perdí la razón en ese momento!
DIABLO:
¿La razón? ¿Y dónde está tu razón?
RAZÓN:
(aparece hablando muy recio) ¡Aquí La Razón! Mi madre pone en el cerebro de
cada ser humano, a una de nosotros para… (la interrumpe el diablo).
DIABLO:
Sí, ¡para… fregarlo!
RAZÓN:
Cállate, demonio, que tú y yo siempre hemos estado de acuerdo… Bueno, pediremos
amparo, que es un recurso para no ir a la cárcel, además tú heriste a tu novia
en una lucha, cuando forcejeaban con el puñal. Es como te digo, que pediremos
amparo.
ESTUDIANTE:
¡No sé si pueda!
RAZÓN:
Claro que se puede, pero debes salir de la ciudad inmediatamente. Decídete…
hombre.
ESTUDIANTE:
No puedo decidir nada. No puedo. (Girando, se retira al fondo).
ÁNGEL:
¿Cómo?
RAZÓN:
RAZONABLEMENTE… pues…
ÁNGEL:
Hummm. ¡Razonablemente, qué va!
DIABLO:
Oye, RAZÓN. ¿No te parece mejor esto? (Enseña y manipula miméticamente una
baraja).
RAZÓN:
(Razón dice alegre y entusiasmadamente) ¡Magnífico! ¡Me encanta el póker! ¿No
juegas tú ángel?
ANGEL:
No, ¡claro que no!
RAZÓN:
Bueno, allá tú, eres una tonta.
DIABLO:
(Sentándose cerca de la mesita) Póker abierto.
RAZÓN:
Está bien, pero conmigo no se valen las trampas.
DIABLO:
Nunca hago trampa a las damas.
RAZÓN:
En el juego, ¿verdad?
DIABLO:
(Tose amoscado) ¡Corta!
(La
Razón corta y luego el diablo mira la forma de barajar y efectúa el ruido con
la boca… ¡TURRRRR!
(Debe
ir ganando la Razón, etc., etc…)
RAZÓN:
(Para final del juego que tiene que ser muy corto)
No
te entusiasmes que voy a sacar puro rey!!! (Esto es el pie para que regrese el
ángel con un policía o un agente secreto). El ángel señala al estudiante y el
policía se le acerca muy misterioso y dice: )
POLICÍA:
¡Está usted detenido!
ESTUDIANTE:
¿Por qué?
POLICÍA:
Por intento de homicidio imprudencial.
ESTUDIANTE:
Está bien, vamos (salen los dos mientras el diablo con desprecio y coraje
exclama)
DIABLO:
Bonito ángel, haciendo trampa.
ANGEL:
(Con un gracioso desplante) ¡No decías que era… tonta!
RAZÓN,
DIABLO: ¡Ahhhh! (el ángel se va corriendo tras el estudiante)
RAZÓN:
¿Y ahora qué hacemos?
DIABLO:
(Con picardía y mala intención) Pues… lo que tú quieras.
RAZÓN:
Vamos a la cárcel, con él…
DIABLO:
Bueno… y allí echaremos una manita de póker.
La
RAZÓN corre hacia el diablo cómicamente y de puntillas y salen como
balletistas. El diablo hace un sonido, algo así como tiqui, tiqui,
tiquititiqui.
Se
regresan todos con otro tiqui, tiqui, tiqui… a saludar… y dar las gracias al
público por los aplausos.